Esta mañana el pequeño cabroncete, o sea, mi jefe, me ha echado una bronca de las monumentales. Todo por algo que habia hecho mal SU HIJA. Pero bastante tiene la pobre con aguantarle doblemente, como padre y como jefe, como para echar yo más leña al fuego. Ademas ella no estaba para defenderse. Así que he esperado a que terminara de gritar sin mover una pestaña mientras pensaba que su amante esta de vacaciones y la mujer lleva años haciendo su vida. Claro, al final todos sus males se resumen en eso: es un malfollado. Y se me ha escapado la risa. Y más que se ha mosqueado él. Y mientras seguía me fijaba en el único pelo que tiene largo en su cabeza que se movía como agitado por una extraña corriente. Me hubiera gustado agarrarme a ese pelo, arrancarlo de un tijeretazo e irme volando en él, como si una alfombra mágica fuese. "¿Me has entendido?" ha terminado el PeCa (le llamaré así para abreviar). Yo que ya me veía pasando justo por encima de Islandia le he dicho muy seria: "Sí, no volverá a pasar", que es lo que él quería oir. Y me he vuelto para mi mesa.
Entonces un rayo de sol ha entrado por la ventana y se ha posado sobre la mesa. Le he sonreído y él a mí. Ha querido jugar con mi pelo, hacerme cosquillas entre mis risas, calentarme las manos y finalmente me ha dicho: "¿Vienes?" y yo, sin pensármelo, he agarrado mi carromato, cogido mi pandereta, vestido con mi falda multicolor, y subido a ese rayo invitador que me llevaría a esos mundos que todavía no conozco. Cuando íbamos a arrancar me ha preguntado "¿Vienes sola?" y no he tenido que pensar mucho: "No, me llevo a mis nuevos amigos, estos que me leen" y os he montado a todos. ¿Alguno se acuerda de lo que vimos? Para refrescaros la memoria, la musica que sonaba era esta:
Se me olvidaba: PeCa venia con nosotros (en una jaula, necesitaba un mono, ¿que es una titiritera sin mono?). De vez en cuando le tiraba un cacahuete atado a un hilo. Hilo del que tiraba cuando hambriento se disponía a cogerlo. Jiji... que mala soy.