Hoy pondré lo primero el video, pues cada vez que lo veo me recuerda a él: (leed la letra)

¿Tenemos miedo de la gente que es especial? ¿Tenemos miedo de perderles y preferimos dejarles escapar por inseguridad propia, por pensar que no son para nosotros?

Apareció en mi vida en un momento en que yo estaba realmente jodida. Y me recordó lo especial que yo era (porque aunque no esté bien que lo diga, a veces necesitamos que nos lo recuerden). Y volví a sentirme viva, muy viva. Ahora me dice que soy una tia maravillosa, pero que necesita libertad. Digamos que él quiere tenerme para cuando le apetece. Y se que hay muchas formas de querer y que todas son validas.

Pero yo no puedo. Porque si solo fuera sexo, sería mucho más facil. Pero también hay sentimientos. Y se que no puedo estar a medias, que o estoy o no estoy. Y si estoy, él no va a estar como yo quiero. Y eso es una mierda, para mi no es bueno, y como no es bueno, no lo quiero. Porque en la cena me di cuenta de que todavía siento a su lado, porque tuve que agarrarme a la silla para no besarlo y acariciarlo, y decirle que aún le quiero. Eso fue lo más difícil. Hubiera sido facil cerrar los ojos y seguir mis impulsos, como hago habitualmente. Pero esta vez sabía que no debía hacerlo. Que debía despedirme definitivamente. Y lo hice.

Y hoy, perdonadme, hoy no cumplo con nada de lo que digo en este blog. Hoy no hay rayos de sol que iluminen todo, ni caidas en blando, ni risas y juegos. Hoy me encierro en mi carromato, porque necesito hacerlo. Necesito estar a solas conmigo. Y quererme. Y repetirme una y otra vez que valgo un huevo y que si alguien no me quiere a su lado, eso no significa que valga menos. Y llorar un montón, hasta que salga de mi y solo quede su recuerdo, un recuerdo que no me haga daño. Y entonces... abriré las ventanas de mi carromato, para que entre el sol, y sonreiré de nuevo.